El ministro de Defensa ruso, Igor Konashenkov, informó este martes que algunas de las tropas que mantienen desplegadas en la frontera con Ucrania, retornarán a sus cuarteles, retirándose de la zona de conflicto.
“Las unidades de las circunscripciones militares Oeste y Sur que cumplieron sus misiones ya empezaron a montar en trenes y camiones, y hoy se dirigirán a sus guarniciones”, comunicó esta mañana el ministro.
Rusia desplegó más de 100.000 soldados en la frontera con Ucrania, lo que ha hecho temer una invasión por parte de estos, donde pese a la medida del retiro de las tropas, igualmente permanece latente esa amenaza.
Aun así, esta es la primera señal visible de los rusos de una marcha atrás en el conflicto, que en diferentes ocasiones, han declarado que no tienen intenciones de iniciar una guerra, pero han subrayado sus reclamos por garantizar su seguridad.
En este sentido, han realizado una serie de pedidos para resolver el conflicto, como por ejemplo, que Ucrania no sea admitida en la OTAN, algo que genera mucho rechazo en los países de occidente.
Durante la conferencia de prensa del anuncio, el ministro señaló que mantendrán las maniobras militares en Bielorrusia, en la denominada “Determinación aliada-2022”, que se desarrollará hasta el 20 de febrero.
Por su parte, este martes, en otro intento diplomático más por resolver el conflicto, el canciller alemán, Olaf Scholz, se reunirá en Moscú con el presidente ruso, Vladimir Putin, luego de hacer lo mismo este lunes con el mandatario de Ucrania, Volodímir Zelenski.
En caso de un eventual ataque ruso, los países occidentales han advertido una serie de graves consecuencias y drásticas sanciones, que se espera que también sea un tema que se aborde en la reunión entre el canciller y Putin.