El juez Kavanaugh prestó juramento el sábado como miembro de la Corte Suprema de Estados Unidos, horas después de haber sido confirmado por el Senado, tras un proceso caótico y marcado por las acusaciones de agresión sexual contra el magistrado.
Esta confirmación en el máximo tribunal estadounidense significa una gran victoria para el Presidente Donald Trump, quien propuso y defendió a Kavanaugh, a un mes de los cruciales comicios de mitad de mandato.
“Es una mala noticia para los derechos de las mujeres en todo el mundo”, dijo el domingo a la cadena BFMTV la secretaria de Estado, Marlène Schiappa al sostener que Estados Unidos, como “gran país” tiene una influencia en lo pasa en el resto del mundo.
Consideró también que este episodio es una mala señal “para los estadounidenses en particular”, porque es de público conocimiento que Kavanaugh es un juez con posturas de oposición a la emancipación de las mujeres y a todos sus derechos, comenzando por el derecho a disponer de su cuerpo, a estar protegidas de agresiones sexuales o a acceder a los anticonceptivos o a la interrupción del embarazo”.